Costa de Azahar
Benicasim
A sólo 12 km de Castellón capital, Benicassim goza de un clima envidiable durante todo el año lo que la hace ideal para la práctica de cualquier tipo de deporte, incluidos los acuáticos; en sus playas con bandera azul, en el parque natural del Desierto de las Palmas y en la misma ciudad.
De Benicasim destaca su gran oferta gastronómica y de hostelería con un montón de bares, restaurantes y hoteles para todos los gustos y todos los bolsillos. En cualquiera de ellos, el turista podrá degustar deliciosos pescados y arroces que conquistan hasta a los paladares más exigentes.
En cuanto a los monumentos de Benicasim, los imprescindibles son la Torre de San Vicent, del siglo XVI y situada en la playa del Torreón; el Museo bodega de los Carmelitas, donde elaboran su famoso licor y toda variedad de moscatel,y la conocida ruta de las villas donde podremos apreciar y saber la historia de estas fabulosas y antiguas construcciones situadas en primera linea de playa a lo largo de todo el paseo marítimo.
Pero aquí no acaba todo porque Benicasim es también famosa por acoger festivales de todo tipo: de teatro, de música sacra, de Blues, de cine, etc. Entre los festivales de Benicasim, destaca uno que además goza de gran renombre en el panorama internacional. Se trata del FIB (Festival Internacional de Benicassim), conocido por su eclecticismo que, a diferencia de otros festivales musicales del país, no se centra en un solo estilo musical sino que abre sus puertas a las tendencias más innovadoras. De esta manera, artistas punteros del plantel musical se concentran cada año en Benicassim, atrayendo a miles de visitantes españoles y europeos.
Historia de Benicasim
Aunque podemos remontarnos a la época de los íberos y posteriormente a la de los romanos, la historia de Benicassim tiene un hito importante durante la reconquista ya que fue un notable feudo árabe. Como la mayoría de poblaciones de la Costa de Azahar Benicasim fue muy castigada por los continuos ataques y saqueos de corsarios y berberiscos por lo que, tras otorgarle la carta puebla, se empezaron a fundar pequeños núcleos de población con sus consiguientes iglesias. Tras un lento progreso de fundación, a finales del siglo XIX tiene lugar un hecho histórico en que marca la pauta de la evolución de Benicassim como pueblo: la construcción de la primera villa de veraneo. A partir de ese momento, Benicasim se convierte en el mayor centro de veraneo de las familias influyentes de la sociedad valenciana. Desde esas primeras construcciones, Benicasim ha ido creciendo exponencialmente y ha basado su economía exclusivamente en el turismo, hasta el extremo de poseer una de las mayores infraestructuras turísticas del país.