Costa Valenciana
Alboraya
Alboraya es el segundo municipio más importante de la comarca de la Huerta Norte, en la provincia de Valencia. Aunque el núcleo urbano tiene su origen en una alquería andalusí que el rey Jaume I otorgó al obispo de Huesca, en el término municipal de Alboraya se han encontrado restos de villas romanas de época imperial y un busto de época adriana. También hay numerosos restos arqueológicos de épocas medieval y moderna hasta la actualidad por lo que es imprescindible visitar los monumentos de Alboraya más importantes.
Aunque sin duda si hay algo de lo que puede alardear Alboraya es de su exquisita horchata, a quien la propia ciudad ha dedicado un museo. De aquí sale la gran mayoría de chufa que se consume en todo el mundo y de hecho, la horchata de Alboraya es tan famosa que el Ayuntamiento ha organizado rutas gastronómicas por las horchaterías de la ciudad para que tanto el visitante como el ciudadano pueda degustar tranquilamente esta refrescante bebida.
Visitar Alboraya
Hay muchos motivos para hacer turismo en Alboraya: es una ciudad tranquila con un calendario festivo muy activo, ofrece un abanico muy amplio de ocio cultural, las playas de Alboraya son de las más famosas de la zona y el pintoresco poblado marinero de Port Saplaya con sus casas de colores es único. Y aunque hay muchos monumentos en Alboraya como el mercado y el matadero municipal, el puente del Moro o cualquiera de sus ermitas y parroquias, lo más destacable para ver en Alboraya es su huerta. De hecho, visitar Alboraya y no ir a la huerta, no tiene ningún sentido. Sus tierras, su clima, su sistema de riego y el esfuerzo del hombre han creado un bello y cambiante paisaje que sorprende tanto a la vista como al olfato.
Además, en la huerta de Alboraya el visitante tiene la oportunidad de admirar dos elementos clave de la arquitectura rural valenciana: las alquerías y las barracas. Las alquerías son casas señoriales que se construían entre los siglos XV y XVIII y que se caracterizan por tener la fachada principal orientada a mediodía, la entrada en arco de medio punto y estar divididas en dos tipos de dependencias: la superior para los señores y la inferior para los arrendatarios. Las alquerías también disponen de una torre, de una capilla u oratorio propios y de tierras que trabajan los arrendatarios.
Por su parte, las barracas son las famosas viviendas construidas con gasons (ladrillos caseros de barro y paja) y ubicadas en plena huerta valenciana. Paredes blancas con zócalo azul, parra para sombrear la casa y pozo y banco en la entrada principal son los elementos distintivos de estas construcciones pero sin duda su principal característica es el marcado techo de bova a dos aguas y rematado con una cruz. La planta principal se utilizaba como establo y también como vivienda mientras que la superior se destinaba a almacenaje. Actualmente, las barracas que quedan ya no se utilizan como vivienda habitual sino como casa de vacaciones o segunda residencia lo cual no quita que, si se tiene la oportunidad, su visita sea un lujo que uno no puede perderse cuando hace turismo en Alboraya.
En cualquier caso, tanto las alquerías como las barracas son los dos referentes arquitectónicos de la huerta valenciana por lo que ambas son de visita obligada.